DMC DeLorean: La verdadera historia del auto viajero en el tiempo

dmc delorean
photo: depositphotos

¿Quién no ha soñado con viajar en el tiempo? Para muchos de nosotros, esa fantasía literalmente ganó ruedas gracias al cine. El DMC DeLorean, con sus puertas de ala de gaviota y su carrocería de acero inoxidable, trascendió las pantallas de Volver al Futuro y se convirtió en uno de los vehículos más icónicos de la cultura pop. Pero detrás de la máquina del tiempo del Dr. Emmett Brown hay una historia real de ambición, innovación y, por un breve período, de fracaso comercial tan fascinante como cualquier guion de Hollywood.

El visionario detrás del coche fue John Z. DeLorean, ingeniero y ejecutivo automotriz con una brillante carrera en General Motors. Inconforme con las restricciones de las grandes corporaciones, decidió crear su propia empresa y su propio coche soñado: un deportivo ético, seguro, duradero y con un diseño radical que lo diferenciara de todo lo que existía en el mercado. Así nació la DeLorean Motor Company (DMC) y su único modelo de producción, el DMC-12. Lanzado en 1981, el auto era una promesa del futuro. Su carrocería de acero inoxidable cepillado era inmune a la pintura y a los arañazos menores, mientras que sus “Gullwing doors” eran un espectáculo por sí solas, asegurando que el coche jamás pasara desapercibido.

Sin embargo, el camino de DMC fue turbulento. Problemas financieros, de producción y de control de calidad marcaron a la empresa desde el inicio. La fábrica en Irlanda del Norte, construida con incentivos gubernamentales, enfrentó desafíos logísticos y laborales. El alto precio del vehículo y un rendimiento que, aunque bueno, no alcanzaba las expectativas de un “supercar”, provocaron ventas por debajo de lo esperado. Se produjeron menos de 9.000 unidades antes de que la empresa se declarara en bancarrota en 1982, en medio de escándalos y controversias que involucraron al propio John DeLorean. Parecía que el coche estaba destinado a ser solo una nota al pie en la historia automotriz.

Entonces aparecieron Robert Zemeckis y Bob Gale, los creadores de Volver al Futuro. En busca de un coche que pudiera transformarse en máquina del tiempo futurista, eligieron el DeLorean no solo por su aspecto distintivo, sino también con un toque de ironía: ¿cómo podía un auto que había fracasado tan espectacularmente ser el vehículo del futuro? A partir de 1985, el DeLorean se convirtió en la estrella de la trilogía, pasando de un capítulo oscuro de la industria automotriz a una leyenda. Su imagen quedó inmortalizada como símbolo de innovación, misterio y la inconfundible capacidad de “viajar en el tiempo”.

Para nosotros, los coleccionistas de miniaturas diecast, el DeLorean es mucho más que un coche de juguete. Es un portal a la nostalgia infantil, un tributo al diseño audaz y una pieza de historia automotriz que se reinventó. Tener un DeLorean en tu estante, ya sea un Hot Wheels 1:64, un Mini GT detallado o una réplica a escala mayor, es poseer un pedazo de una saga fascinante: la verdadera historia de un auto que viajó en el tiempo, no literalmente, sino en la imaginación y en los corazones de millones de fanáticos en todo el mundo. Es la prueba de que algunas leyendas, incluso aquellas que tropiezan en sus inicios, encuentran su lugar eterno en la cultura.

dmc delorean
photo: Duke of W4CC BY-SA 3.0

Las miniaturas del DMC DeLorean

AutoArt 1:18

Sun Star 1:18

Welly 1:24

dmc delorean

Hot Wheels 1:64

Have you checked out our Diecast catalogs?

Já deu uma olhada no nossos catálogos diecast?

¿Has consultado nuestros catálogos Diecast?